LA EDUCACIÓN AMBIENTAL ENTRE LA MODERNIDAD
Y LA POSMODERNIDAD: EN BUSCA DE UN MARCO EDUCATIVO DE REFERENCIA INTEGRADOR
A continuación se aborda la transformación de
la Educación Ambiental, su relación con la Educación para
el Desarrollo Sustentable y las problemáticas que
giran entorno a como se debe tratar este tema en las aulas.
2.
Educación ambiental: ¿necesidad de una re-formulación?
La
Educación Ambiental surgió de la modernidad como una reacción a los impactos
del “progreso” moderno.
En
consecuencia, en sus inicios fue reformista: se trataba de resolver y prevenir
los problemas causados por el impacto de las actividades humanas en los
sistemas biofísicos.
El
ambiente, considerado como un recurso, se veía más como un problema global,
enfatizando la magnitud, la gravedad y la naturaleza multidimensional de los
problemas socioambientales. Pero, para muchos educadores, la EA conservó (y
conserva todavía) las características de cierto romanticismo naturalista: a
menudo se asociaba con la educación para la naturaleza, centrada en la
experiencia personal del ambiente asumido como naturaleza.
Durante
los ochenta, la Educación Ambiental entró
gradualmente en la posmodernidad. El movimiento de la educación ambiental de
tipo grass roots destacó la importancia de asociar la EA con el cambio
dinámico de la comunidad, tomando en cuenta las características sociales y
culturales específicas de la población y el contexto particular en el que vive.
La
Educación Ambiental adoptó también la
perspectiva del desarrollo y puso énfasis en una pedagogía del medio de vida.
Se abogó por un diálogo entre los diversos tipos de saberes (disciplinarios y
no disciplinarios) como estrategia para crear un saber crítico que pudiera ser
útil en la solución de problemas o en el desarrollo de proyectos locales.
Los
saberes tradicionales, concretos, cotidianos y experienciales fueron
revalorados y confrontados con los saberes “científicos”, en una perspectiva de
complementariedad, o para estimular el cuestionamiento crítico de las certezas.
Los
noventa han visto retroceder a la educación ambiental en el discurso oficial.
Reducida a una herramienta para el desarrollo sustentable, la EA ha sido
volcada al paradigma de la modernidad. Dedicada a la educación ambiental,
limita de ahora en adelante el nicho educativo de la EA, al inscribirla en los
campos disciplinarios de la ciencia y la tecnología.
El
aspecto conceptual de la educación ambiental
Algunos
sostienen que debido a que el ambiente es “todo lo que nos rodea” y que
nosotros mismos somos un ambiente, la Educación Ambiental es simplemente una
“nueva educación” y su discurso es típico de una educación general progresista.
Se
ha dicho que “la Educación Ambiental persigue el desarrollo óptimo de los
jóvenes y la construcción de una mejor sociedad”. Otros, sin embargo, afirman
que la Educación Ambiental está
estrechamente ligada a la enseñanza de la ecología o de las ciencias
ambientales, consideradas como ciencias biofísicas.
El
“espacio” de la Educación Ambiental corresponde a una de las tres siguientes
esferas de interacción, donde ocurre el desarrollo básico de la persona. Es la
tercera esfera, ella está estrechamente ligada a las otras dos.
Primero está la esfera personal (del “yo”). La zona de
identidad donde la persona se desarrolla mediante la confrontación consigo
misma (características, capacidades, límites); donde se genera la autonomía y
la responsabilidad personal; donde aprendemos a aprender, aprendemos a
autodefinirnos y a relacionarnos con las otras esferas
2. En la esfera de la alteridad la gente interactúa con los
otros, ya sean individuos o grupos sociales. Aquí se desarrolla el sentido de
pertenencia a un grupo, así como el sentido de la responsabilidad para con los
otros. Aquí también encontramos, por ejemplo, la educación relacionada con la
cooperación, las relaciones interculturales, la paz, la democracia, los
derechos humanos y la solidaridad internacional.
3. Finalmente está la tercera esfera,
el campo de la EA. Es la esfera de las relaciones con el ambiente biofísico,
mediada por las esferas de las relaciones personales y sociales.
La tercera esfera, la de las
relaciones ambientales, se remite a un campo de interacciones de primer orden
para el desarrollo completo de la persona y del grupo social con el que se
relaciona. En este sentido, la Educación Ambiental es realmente una dimensión
fundamental de la educación.
La Educación Ambiental está estrechamente ligada a las otras
dimensiones de la educación contemporánea que son parte de la esfera de la
alteridad (paz, derechos humanos, relaciones interculturales, etc.), con la
cual comparte un mismo marco ético (responsabilidad, cuidado, solidaridad),
enfoques pedagógicos similares, las mismas estrategias para integrarlos en la
educación formal y las mismas demandas de colaboración hacia los diferentes
actores de la “sociedad educativa”.
El problema de la práctica de la
educación ambiental
El problema conceptual de la Educación
ambiental está asociado a las dificultades de su
práctica. La educación ambiental ha sido
sobre todo vinculada con la adquisición de conocimientos sobre el ambiente, dando
muy poco espacio al desarrollo de competencias éticas, críticas y estratégicas.
Por ejemplo, se critica a la EA por ver los problemas en una perspectiva
biofísica ambiental y descuidar los aspectos humanos de la situación.
La descripción de la evolución
histórica de la EA, el esclarecimiento de sus características y la discusión de
sus actuales problemas, nos permiten ahora analizar las recientes propuestas de
la educación para el desarrollo sustentable o la educación para un
futuro sustentable o educación para la sustentabilidad.
3. Propuesta de la educación para
el desarrollo sustentable
Igual que la educación ambiental, y a
pesar de su historia más reciente, la educación para el desarrollo
sustentable (EDS) también es un producto de la modernidad. Surgió como
respuesta a las amenazas al “progreso” de la civilización occidental causadas
por la extinción de los recursos y la desestabilización de los equilibrios
sociales del poder.
El significado del desarrollo
sustentable: es un tipo de desarrollo preocupado por responder a las
necesidades de las poblaciones actuales sin comprometer la capacidad de las
futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
El concepto de desarrollo sustentable es
menos ambiguo: combina el desarrollo con los principios ecológicos básicos
(incluyendo los relacionados con la capacidad de carga de los ecosistemas) y
con una ética ecológica basada en los valores de autonomía, solidaridad y
responsabilidad para las realidades socioambientales.
Así, “desarrollo sustentable” apareció
como un vocablo muy atractivo que hizo posible iniciar el diálogo (también
superficial) entre el mundo de los negocios, la política y el ambiente.
3.1 Problema conceptual
Este esquema presenta la esfera de la
economía fuera de la sociedad y no como un componente de las opciones sociales:
es una supra-entidad que gobierna la relación entre sociedad y ambiente, y es
en la esfera económica donde se lleva a cabo el desarrollo. Por supuesto,
representa el actual dominio de la economía global que es extremadamente
alienante para las sociedades y un obstáculo para el desarrollo endógeno.
3.2. Problema ético
El problema conceptual de la educación
para el desarrollo sustentable está asociado a uno de carácter ético.
La sustentabilidad se percibe como un valor
supremo en el cual convergen otros valores, tales como respeto, solidaridad y
responsabilidad. La relación con el ambiente se subordina al desarrollo
económico: la cuestión ética es no exceder la capacidad de carga del ambiente,
mientras satisfaga las necesidades (lo que no se ha discutido) actuales y
futuras de las sociedades de estilo occidental. La sustentabilidad se convierte
en la base del sistema ético de la reforma educativa propuesta.
En la medida que el mercado sea globalizado y
los recursos mundiales sean un fondo común (para beneficio de las
multinacionales en particular), deben evitarse la planetaria “tragedia de los
comunes”.
3.3. Problema cultural
Además de plantear problemas de tipo
conceptual y ético, el concepto de desarrollo sustentable también está asociado
a un problema cultural.
El concepto de “desarrollo”, como se adoptó
en occidente, no existe en culturas donde el equilibrio con el ambiente no debe
interpretarse como un tipo especial (sustentable) de depredación, sino como
parte de una cosmogonía completamente diferente de la nuestra y no tiene nada
que ver con el concepto moderno del desarrollo sustentable o con las teorías
explicatorias románticas. Estas realidades culturales no pueden tampoco ser
interpretadas dentro del marco del análisis de la modernidad /postmodernidad.
3.4. Observaciones pedagógicas
Es necesario hacer dos observaciones sobre el
aspecto pedagógico de la educación para el desarrollo sustentable. En primer
lugar, con frecuencia encontramos, como ocurre con la educación ambiental, el
mismo entusiasmo de quien descubre la educación o adquiere nuevos puntos de
vista sobre aquélla a través de su vinculación con la EDS.
En segundo lugar, a pesar de las estrategias
pedagógicas innovadoras y los enfoques propuestos. Involucra una típica
posición modernista que asocia la EDS con la transferencia de conocimiento
científico y tecnológico y considera a la educación como un medio para emplear
“el potencial humano, junto con otras potencialidades al servicio del
crecimiento económico”.
Es importante no confundir el concepto de
desarrollo sustentable, cuya relevancia básica para la educación es
eminentemente cuestionable, con la propuesta pedagógica concreta hecha por
muchos diseñadores de materiales y con los proyectos de enseñanza-aprendizaje
de los educadores. Muchos educadores toman del desarrollo sustentable sólo las
esperanzas para alcanzar transformaciones socioambientales y, desde su perspectiva,
las palabras y los discursos no son muy importantes.
Finalmente, debe admitirse que quienes
proponen la educación para el desarrollo sustentable tienen buenas intenciones.
No obstante, se ve que a menudo son personas que participan en Comités o Comisiones
debido a su posición social y profesional. Desgraciadamente, éstas no han
tenido nunca la ocasión de reflexionar acerca de la educación misma a partir de
clarificaciones filosóficas y éticas específicas. Por lo tanto, generalmente,
sus intervenciones en este ámbito son improvisadas basándose en preocupaciones
de orden político u organizacional.
4. La propuesta educativa para un futuro
sustentable
Debido a los problemas conceptuales, éticos y
culturales asociados al concepto de desarrollo sustentable, han surgido
numerosas críticas provenientes de quienes están involucrados en el mundo de la
educación. Como reacción a estas críticas surgió una nueva expresión: educación
para un futuro sustentable (EFS), también llamada educación para la
sustentabilidad (EPS).
Hay que percatarse de que el concepto de un
futuro sustentable está basado en una ética esencialmente antropocéntrica que
debe, por lo menos, ser cuestionada: “es necesario imaginar una nueva y
sustentable relación entre la humanidad y su hábitat; una relación que coloque
a la humanidad en la parte central, sin olvidar de ninguna manera lo que está
pasando a los lados...”
5. La educación para el desarrollo de
sociedades responsables
Entre los otros marcos educativos
comprehensivos actuales considerados para la educación contemporánea, es de
particular interés la educación para el desarrollo de sociedades
responsables. Está basada en dos fuentes. La primera se refiere al Tratado
de las Organizaciones no Gubernamentales.
La segunda fuente es la plataforma propuesta
por la Fondation pour le progrès de l’Homme (FPH, 1997) titulado Pour un
monde responsable et solidaire (Por un mundo responsable y solidario). Lo
que tienen en común estas propuestas es que adoptan una ética de la
responsabilidad. Además, toman en cuenta uno de los aspectos fundamentales en
la actual crisis, es decir, la ruptura entre el ser humano y la naturaleza.
Lo que está en discusión es la búsqueda de un
marco educativo comprehensivo, de tal forma que podamos integrar de manera
óptima las diferentes dimensiones de la educación contemporánea, que intentan
contribuir a la resolución de los principales problemas sociales y ambientales
de nuestro mundo, así como a la construcción de proyectos transformadores. El
reto es encontrar las bases de una educación capaz de promover un desarrollo
humano integral, para lo cual la EA ofrece una contribución esencial.
Conclusión
personal.
La reforma de la educación gira hacia el desarrollo
sustentable ¿qué podemos hacer para que sea sustentable? Se debe de incluir en
el curriculum aspectos en relación al medio ambiente, no solo tomarlos como pequeño
apartado de Exploración y Conocimiento del medio, si no darle la importancia necesaria
para generar un cambio en los demás. También es necesario poner el ejemplo.
Con respecto a esto, tenemos las 3 esferas OIKOS. Donde en el interior está el individuo, los cambios que genere él se verán
en la sociedad, que es el 2 círculo donde afecta al 3 círculo: el medio ambiente.
Para una buena Educación Ambiental es
necesario inculcar en los niños el sentido de proteger nuestros medio ambiente,
donde los niños reflexionen lo que pasa y como afecta en su vida. Esto puede
ser mediante experimentos, realizando campañas, visitando lugares protegidos y
creando conciencia, que no solo se quede en lo teórico, sino, llevarlo a la práctica.
Bibliografía
Sauvé, L.
(1999). La educación ambiental entre la modernidad y la posmodernidad : En
busca de un marco de referencia educativo integrador.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, yo pienso que como docentes hay que aprender a poner el ejemplo de lo que queremos lograr en nuestros niños y esto es así, en el cuidado del medio ambiente son actitudes que se tienen que ver reflejadas en comportamientos y hábitos para que nuestros alumnos lo aprendan de nosotros, ok. nuy buen comentario continuemos trabajando de la misma forma se que esta materia les va a dejar muchos aprendizajes así que solo es cuestión de actitud y seguir poniéndole empeño ok
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